Blancorexia
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Blancorexia

El blanqueamiento dental es considerado como uno de los tratamientos habituales en la consulta de los dentistas. Los profesionales advierten sobre los riesgos de utilizar desmesuradamente productos blanqueantes y de caer en la obsesión de un diente cada vez más blanco, una patología conocida como “blancorexia”.

El punto de partida para someterse a un blanqueamiento dental es tener una boca sana, tanto en dientes como en encías, además de ser mayor de 18 años. “Quienes están capacitados para estos tratamientos son los dentistas que deben aplicar un producto agresivo sobre el diente, algo que requiere una supervisión directa”, indican los expertos.


“El peróxido de hidrógeno y el peróxido de carbamida son las moléculas más utilizadas por los laboratorios y en ambos casos el oxígeno que se desprende es lo que blanquea el diente”


El procedimiento de blanqueamiento dental

En líneas generales, una concentración igual o menor a 0,1% de peróxido de hidrógeno presente en los distintos productos bucales de venta directa al consumidor se considera segura. Una concentración entre el 0,1 y el 6% y superiores al 6% de peróxido de hidrógeno es segura siempre y cuando se realice un examen clínico previo que garantice que no haya riesgos ni patologías bucales.

Pero sin el control de un dentista, utilizar un producto blanqueante de una concentración superior al 0,1% puede conllevar riesgos, el principal la quemadura. El componente central de los peróxidos es el agua oxigenada que quema los pigmentos del diente, igual que amarillea y aclara el pelo. “Esa agresividad puede quemar los tejidos blandos y provocar daños irreversibles en la estructura del diente, sobre todo en su vitalidad, además de dolores”, apunta el especialista.

Por eso, advierte de las ofertas de aplicación de productos blanqueantes fuera de las consultas de los dentistas, y alerta ante la “publicidad engañosa y venta de productos por internet”, ya que si se trata de concentraciones elevadas puedan causar graves daños.

“La pasta dentífrica blanqueante puede servir como mantenimiento, no es dañina, pero tampoco consigue un blanqueamiento sustancial”, quien también advierte de los kits blanqueantes. “No todo lo que se vende en farmacia son productos adecuados”, insiste.

Blancorexia, una obsesión

Hay quien busca una sonrisa natural y hay quien desea una sonrisa blanca "nuclear", como las que lucen personajes del mundo de la moda, cine y televisión, “pero esos tonos tan blancos muchas veces solo se pueden conseguir con carillas o fundas de porcelana que se adhieren al diente”, advierte la doctora. La alarma se enciende cuando tener los dientes blancos se convierte en un obsesión que lleva al abuso continuado de agentes blanqueadores.

“La blancorexia es un grave problema psicológico condicionado en ocasiones por la sociedad”, señalan los profesionales. En esa situación, “es imprescindible que el profesional establezca con el paciente una buena relación basada en la confianza y así será más fácil asesorar y encauzar el tratamiento. El criterio está claro: primero la salud, luego la estética”.

El abuso de los agentes blanqueadores, es decir de los peróxidos, es muy nocivo para la cavidad oral. “Incluso se han descrito casos de alteraciones del gusto”, detalla la especialista.


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