Este tratamiento de rehabilitación estética orofacial busca prevenir o disminuir lineas de expresión y arrugas faciales.
Las arrugas aparecen debido al envejecimiento facial que ocurre por la edad, exposición solar inadecuada, mala alimentación y tabaquismo, entre otros. Sin embargo, el factor predominante para su aparición es la contracción natural de los músculos del rostro, que forman las llamadas líneas de expresión.
La toxina botúlinica, más conocida como Botox®, es una neurotoxina que se puede utilizar para corregir problemas de asimetría facial, bruxismo, sonrisa gingival (cuando la encía aparece excesivamente en la sonrisa y la hace antiestética) como también para suavizar arrugas y líneas de expresión, rejuveneciendo el rostro.
Lo que la toxina botúlinica hace es interrumpir los impulsos nerviosos que van a los músculos y estos dejan de moverse reduciendo las arrugas, de manera rápida y eficaz. El efecto es temporal y la aplicación necesita ser renovada de vez en cuando. Las zonas de aplicación son variadas pudiendo tratar entrecejo, arrugas perioculares y líneas frontales.

En el caso de las líneas de expresión, el beneficio puede ocurrir de forma preventiva; como la contracción muscular es paralizada no habrá la formación de arrugas por el movimiento muscular en el área en que se aplicó el Botox®, o de forma reparativa; como el Botox® quita la tensión de la musculatura, las arrugas causadas por esos músculos, son suavizadas.
El resultado de la aplicación del Botox® comienza a ser visible en un plazo de dos a cinco días a partir del momento de la aplicación. Los resultados se vuelven más pronunciados después de dos semanas.